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lunes, 7 de octubre de 2013

Una semana en Nueva York



   Sobre esta discutida ciudad se han escrito muchas frases y expresado pensamientos diversos, es la ciudad del eterno deseo para algunos, la ciudad que nunca se acaba, la que habla todas las lenguas, donde nadie es extranjero. Nueva York es un hermoso desastre, una catástrofe …….. o una hermosa catástrofe, ….. al final me quedo con la expresión de Woody Allen, “digan lo que digan, es una ciudad maravillosa”.


   Cuando visitas Nueva York por primera vez debes tener en cuenta todas estas posibilidades, excepto la del aburrimiento. La ciudad tiene tantas pequeñas y grandes cosas diferentes que al final te desarman. Aquí conviven culturas y nacionalidades muy distintas, se puede pasar del Caribe a China, sumergirte en ritmos africanos o en la Europa medieval, y la propia ciudad vive de sus contrastes.



   Pero no todo es perfecto, también te encuentras con calles sucias, zonas descuidadas, y sobre todo muchos homeless o personas sin hogar; se dice que ellos también forman parte de la imagen de la ciudad, como los rascacielos y los grandes automóviles de los ricos.


   Geográficamente Nueva York se encuentra a la altura de Tarragona o Madrid, concretamente a 40º 45` de latitud Norte. De las cinco partes de la ciudad, llamadas Boroughs (distritos), sólo el Bronx está en el continente, ya que Manhattan y Staten Island son islas, y Brooklyn y Queens están localizadas en la punta occidental de Long Island. La ciudad se encuentra en la desembocadura del río Hudson. El East River, que limita Manhattan por el este, no llega a ser un río sino un brazo de agua que comunica el Long Island Sound y Upper New York Bay.


    En una ciudad como Nueva York todo es posible, pero no es recomendable perderse por la ciudad sin rumbo fijo. Si quieres sacar provecho de la visita debes tener un mínimo plan para poder recorrer las calles, puentes y rincones más significativos, allí las distancias son enormes. 



    En este sentido, mi primera sugerencia es que adquieras una Metrocard, la cual te sirve para poder moverte en metro o autobús por la ciudad. Tienes varias opciones en función de los días, pero la más rentable es la 7-day Unlimited Ride Metrocard, es individual, solo se puede pasar una vez, pero al final los 30 dolares por persona salen rentables. Se puede conseguir en las máquinas expendedoras de tickets de cualquier estación de metro.


   Nueva York es la ciudad más imaginada de nuestro planeta, millones de personas que nunca han pisado la  ciudad se han construido su particular montaje mental a partir de películas, libros y fotografías de Manhattan, The City como los propios neoyorquinos la denominan.


   El distrito de Brooklyn, al otro lado del East River, te ofrece una de las mejores vistas de los edificios de Manhattan. Por este motivo, mi propuesta es iniciar el recorrido de la ciudad cruzando a pie el puente de Brooklyn, más que una experiencia es un privilegio que nadie debería perderse.



   Este famoso puente conecta el victoriano barrio de Brooklyn Heights con el Lower Manhattan, tiene cerca de 2 km de longitud y fue terminado en 1883. Cuenta con dos plantas, la inferior para coches y la superior peatonal, desde donde podemos contemplar los rascacielos de Manhattan y sus gigantescos cables de acero entrelazados. Una maravilla.



   El puente desemboca en el Bajo o Lower Manhattan, donde podemos mirar, detenernos y disfrutar de Battery Park, el segundo parque por extensión de la isla, en la punta sur, donde se juntan el East River y el Hudson;……… Wall Street, New York Stock Exchange (el edificio de la Bolsa), Bowling Green, …………


   Hacerte una foto al lado del Charging Bull, una escultura de bronce que pesa 3200 kg y representa a un toro, como símbolo de optimismos, agresividad y prosperidad financiera. 



   La Trinity Church, que da la impresión de ser la pariente pobre entre todos los templos del dinero, pequeña, modesta, encogida. La Zona Cero, que se está convirtiendo en el nuevo World Trade Center, con dos enormes y acristaladas torres, una de las cuales de 104 plantas y 540 metros de altura, más una antena de 124 metros, el edificio más alto del continente americano. Todo un reto después de la inolvidable catástrofe originada por el atentado del 11 de septiembre de 2001.


    Aprovechando que estamos en el extremo sur de la isla, podemos dar un agradable y recomendable paseo en el ferry que sale al lado de Battery Park hacia otra isla de Nueva York, Staten Island.
   El viaje es gratuito y las salidas son muy frecuentes, habitualmente cada 30 minutos.



   La verdad es que merece la pena observar Manhattan desde el ferry, unas vistas comparables a las que ofrece el Empire State. A medio camino pasaremos muy cerca de la Estatua de la Libertad, otro de los símbolos identificativos de la ciudad.


   El viaje de ida y vuelta nos llevará algo más de una hora, es descansado y nos permite, además, contemplar el barrio y puente de Brooklyn y New Jersey.
   Asistir a una misa gospel en Harlem y disfrutar de Central Park, en domingo, se ha convertido en una costumbre habitual para los visitantes de la Gran Manzana. Aunque en Nueva York todo es muy personal, lo que si parece muy claro es que para la mayoría de los neoyorquinos Central Park es uno de los lugares preferidos.


   Si se hubiera cumplido la voluntad de los miembros de la comisión que en 1811 decidió sobre el futuro urbanístico de la ciudad, Manhattan sería actualmente un auténtico desierto de piedra cubierto con calles y casas. Los precios de los terrenos eran tan anormalmente altos que la arrogancia y el afán de dinero eran determinantes. Además, como la isla está rodeada por el ancho mar, los espacios libres no se consideraban necesarios. Las orillas de la isla fueron cerradas con almacenes, astilleros y otras instalaciones para favorecer el comercio y la navegación.


   Pero surgió el milagro, ………….. un grupo de conocidos escritores, periodistas, arquitectos, pintores, …….. y personas de de todo tipo tomaron la iniciativa para excluir del plan de urbanización una extensión de tierra en el centro de Manhattan y reservarlo como zona de parque. Aquella valiente idea tuvo su recompensa y un final feliz.
   Finalmente, después de una larga lucha económica, la ciudad adquirió una parcela de terreno alargada, de 4 km de longitud, entre Eighth y Fifth Avenue, y 59th y 110th Street. Cuando hoy se pasea a lo largo de los innumerables caminos rodeados de árboles, puentes, prados y rocas, ………. cuando observamos la gran variedad de pájaros que viven y anidan en el centro de la gran urbe, resulta difícil plantearse que este encantador escenario, Central Park, haya sido modelado por seres humanos, transformando pantanos malolientes, maleza, piedras y rocas en un lugar donde la naturaleza se expansiona planificadamente.



   Los trabajos duraron más de 16 años. Es fácil pensar que ni las más optimistas pretensiones, de los arquitectos paisajistas que en 1857 habían ganado el concurso de Central Park, podrían predecir el extraordinario impacto conseguido.



   Hay quien prefiere llegar a Central Park por la conocida y prestigiosa Quinta Avenida, un gran bulevar museístico para los aficionados al Arte, o para disfrutar con los escaparates de innumerables tiendas de marcas conocidas y famosas.



   En la esquina de Broadway y la Quinta, al sur del Madison Square Park, el Flatiron Building o edificio plancha, por su forma afilada y triangular, construido en 1902, es uno de los iconos de esta ciudad pues simboliza el inicio de la era de los rascacielos.


   Continuando por la Quinta Avenida, en la esquina con la 34, podemos contemplar y visitar el Empire State Building, cuyas 102 plantas y 442 metros se han quedado pequeños frente a otros rascacielos mundiales, pero sigue siendo un edificio irrenunciable cuando tienes la oportunidad de conocer Nueva York.


   Sus últimos treinta pisos se iluminan de color distinto según la época del año o la fiesta que se esté conmemorando. El Empire domina el perfil nocturno de Manhattan.



   Desde lo alto las vistas son inolvidables, intentando identificar barrios, puentes, parques, otros conocidos edificios como el Chrysler, ……….  y más allá la bahía de Nueva York, la desembocadura del Hudson, el bronce verdoso de la estatua de la Libertad, la ligera bruma del Atlántico en el horizonte, el resurgir del nuevo World Trade Center en la Zona Cero.


   Muy abajo, fijándose mucho, en las calles más estrechas por la lejanía, diminutas figuras humanas, el incomparable amarillo de los taxis neoyorquinos, terrazas de cafeterías y restaurantes en calles y edificios, ………… El Empire sigue siendo el mítico rascacielos que domina el skyline de Manhattan.


   Sin salir de la Quinta Avenida, entre la 48 y la 51 se localiza el Rockefeller Center, un enorme complejo, es una ciudad dentro de la ciudad. En los años 30 generó una revolución arquitectónica por el atrevimiento de combinar oficinas con una zona comercial y espacios de ocio. Se compone de 19 edificios. Esto fue y es Nueva York en estado puro.



   Lo realmente mágico de Manhattan es que caminas dos o tres manzanas y aparecen cosas nuevas, que a veces te asombran, da la sensación que estás en otro lugar. Un ejemplo es llegar al atardecer o por la noche a Times Square, en el cruce de Broadway con la Séptima Avenida. Hay quien dice que es el punto más conocido y llamativo de la ciudad, por las luces, las enormes pantallas luminosas y por las decenas de teatros que la circundan, realmente impresionante, siempre encontraremos gente y mucha animación, y los fines de semana es un hervidero.


   Para algunos en la calle 42, cerca de Times Square, se encuentran dos de los edificios más bonitos de esta ciudad: la Grand Central Terminal, una de las estaciones de tren más concurridas del mundo, y el Chrysler Building, con su aguja que apunta al cielo.


   En la Grand Central Terminal, donde se rodaron varias famosas películas y aloja restaurantes y tiendas de todo tipo, llama la atención sus escaleras y arcos de mármol con vetas doradas y su techo abovedado de color azul intenso. Te puedes apoyar o sentar en una de las escaleras de mármol y ver el continuo paso de personas de un lado para otro, es un lugar con encanto y un privilegio.


   En función del tiempo disponible, la siguiente propuesta es localizar y conocer Canal Street, la mejor opción es el Metro. La explicación es que desde esta concurrida calle tenemos una buena ubicación para acercarnos y deambular por algunos de los barrios más nombrados, apreciando en poco tiempo los grandes contrastes que esta ciudad nos ofrece caminando dos o tres manzanas arriba o hacia abajo.



   En el mítico Chinatown, con muchos edificios que intentan recordar al Lejano Oriente, aumenta nuestra curiosidad en anticuarios, mercados, tiendas de ropa barata, exótico y familiar al mismo tiempo, y repleto de restaurantes, algunos vegetarianos.


   De la Little Italy dicen que es un barrio italiano pero sin italianos, pero podemos visitar Mulberry Street, su calle principal, donde se mantiene el ambiente de las tiendas y quedan varios restaurantes, por cierto bastante caros.


   Soho y Tribeca son los barrios de las últimas tendencias, con restaurantes acogedores y tiendas de todo tipo, algunas especiales para los buscadores de sorpresas. Abundan almacenes de hierro forjado que han sido reformados en lujosos lofts y galerías de arte. Soho es la forma abreviada de South of Houston Street y Tribeca de Triangle below Canal Street.


   Aún cuando se piensa en Manhattan al decir Nueva York, es un hecho que esta ciudad abarca mucho más que la isla de forma alargada. Pero para los que visitamos la ciudad por primera vez nos conformamos con las sensaciones vividas y a veces nos olvidamos del significado exacto de las palabras.



  


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