Flandes: ¿Brujas o Gante?

   Flandes es una de las regiones más atractivas de Bélgica ….. ¡y de Europa!, con muchas ciudades y lugares donde puedes disfrutar de hermosos y cuidados edificios medievales, en pleno siglo XXI.

   Producto del próspero desarrollo económico vivido entre los siglos XIV y XVI, se construyeron magníficos edificios e iglesias de estilo gótico tardío, acompañados de la conocida paleta de los pintores flamencos. En Flandes, el arte y la arquitectura mantuvieron su afortunada dinámica durante bastantes años más.

   ¿Gante o Brujas? Entre estas dos bonitas y representativas ciudades de la región flamenca existe una eterna y gran rivalidad. Separadas unos 45-50 km, a unos 25 minutos en tren, esta contienda existe no solo entre los visitantes sino también entre las gentes que viven en ellas, en cualquier foro es habitual la pregunta sobre qué ciudad te gusta más.

   En mi opinión el problema radica en el hecho de que el centro histórico de Brujas está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, como ejemplo excepcional de asentamiento humano medieval. Los guías y personas de Gante consideran que ellos también merecen este “honor”, y creo que tienen razón, para mí son dos ciudades encantadoras.

   Al llegar a Gante en tren, desde la estación de Gent-Sint-Pieters hasta Korenmarkt, el centro, tenemos unos 30 minutos de paseo a través de una larga y entretenida calle, sobre todo al final, aunque también se puede optar por el tranvía o el autobús.

   Amables y orgullosos, alardean de ser cuna de emperadores, ciertamente aquí nació Carlos I de España y V de Alemania, bautizado en la catedral de San Bavón. Año 1500, en aquella época Gante, después de París, era una de las ciudades europeas más influyentes.

   Si queremos recordar un momento especial, guardar un detalle duradero o tener una idea de la ciudad, el Puente de San Miguel es el lugar que todos buscamos. Allí el tiempo se detiene, la cámara no descansa, selfies o simplemente apreciando las innumerables vistas ….. un sitio de postal.

   Contemplamos las tres simbólicas torres de la ciudad, la catedral de Bavón, el ‘beffroi`o campanario de la Torre Belfort y San Nicolás, todas en línea. Los viejos muelles de Graslei y Korenlei con la antigua Lonja de Pescado, al fondo el castillo de los Condes de Flandes o Gavensteen , muy cerca la iglesia de San Miguel. 

   Después de acercarte a la “cuesta” o Puente de San Miguel, puedes completar el resto de la visita de la ciudad a tu gusto pero ……¡Ya conoces Gante!

   Hay blogs donde buscan diferencias y aspectos que tienen en común ambas ciudades, opiniones de viajeros, ……. Incluso existen debates televisivos. Algunos afirman que Brujas tiene algo distinto, …… no tiene rival. No lo puedo entender, ambas ciudades tienen sus cosas y son dos destinos con mucha magia. 

   Brujas, algunos la llaman la Venecia del Norte, tiene su lugar seductor repartido en dos espectaculares plazas con mucha historia, la Grote Markt, Markt Platz o Plaza Mayor y la plaza Burg o del Ayuntamiento, unidas por una conocida y popular calle, la Breidelstraat.

   Esta plaza Burg, más pequeña, era una ciudadela fortificada, que con el paso del tiempo se convirtió en el eje central dentro del poder civil y religioso. Llama la atención el claro contraste entre los tonos grises de las fachadas y el dorado de los componentes decorativos.

   La Grote Markt, mucho mayor, es una plaza espectacular, aquí existió un mercado de lana, hoy convertido en mercado local los miércoles por la mañana. Destacan las antiguas casas gremiales de origen medieval con sus fachadas de colores y el Belfort o campanario de Brujas.

   Resulta muy agradable merodear por sus estrechas calles que parecen formar un divertido laberinto, una mezcla de canales, bonitos edificios, rincones fascinantes, concurridas terrazas, pequeñas plazas, espacios con mucho encanto, por eso dicen que Brujas hay que pasearla.

   De nuevo en la estación del tren para regresar a Bruselas con unas sensaciones muy agradables, Gante y Brujas atesoran una delicadeza y un atractivo singular, es mucho más que la popular frase de “chocolate, canales y cerveza”.

   En Bélgica el tren es un medio muy utilizado, por sus múltiples conexiones, comodidad, excelente funcionamiento y buenos precios, por lo que preparar una ruta utilizando el tren resulta fácil, descansado y muy agradable.