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viernes, 28 de febrero de 2025

Gjirokastër, Ciudad de las piedras - Albania

 

   Albania siempre ha sido, y todavía sigue siendo, un destino bastante desconocido entre los viajeros habituales, ciertamente los lugares más conocidos y visitados no se saturan, se puede pasear y disfrutar de los hermosos rincones albaneses sin dificultad.


   Gjirokastra o Gjirokastër se localiza en el sur de Albania a unos 215 km de la capital Tirana y a tan solo unos 36 km de la frontera griega. Junto al monte Mali i Gjerë  "La montaña ancha", que domina el valle del río Drin, y forma parte de la antigua e histórica región del Epiro, que actualmente comparten Albania y Grecia. La costa del mar Jónico se sitúa a unos 50 km.


   Uno de los elementos peculiares de Gjirokastër es el uso intensivo de la piedra en la construcción de las casas, que en ocasiones se asemejan a pequeños castillos, con calles adoquinadas que conducen a la zona del Bazar. Es por lo que también es conocida como la ´Ciudad de las piedras`.



   Por este singular rasgo dentro de la arquitectura local y al ser una de las ciudades en las que mejor se ha conservado la arquitectura típica de los Balcanes, de influencia otomana, es una de las dos ciudades declaradas por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en Albania. La otra es Berat.


   El castillo de Gjirokastër es una de las bellezas de esta pequeña ciudad, una monumental fortaleza del siglo XII, uno de los más interesantes y de mayor tamaño de los Balcanes, y además nos muestra unas excelentes vistas de la localidad y el valle del río Drinos. No debemos perder la oportunidad de visitar y caminar por los diferentes rincones con galerías, arcos y bóvedas impresionantes.


   Para acceder es preciso ascender a través de un tramo empinado durante unos 15 minutos, pero apto para todos, una excelente manera de contemplar el paisaje que adorna el entorno del castillo y observar los distintos elementos de la ciudad. Para personas con alguna dificultad, hay taxis disponibles desde el centro de la población. 


   El recorrido nos conduce hasta varias explanadas abiertas con vistas privilegiadas sobre la ciudad y otros edificios interesantes como la torre del reloj. Llama la atención un viejo avión recuperado de la Guerra de los Balcanes,  murallas defensivas, torres de vigilancia y diferentes tipos de cañones y piezas de artillería.


   Durante el periodo comunista, el castillo fue utilizado como prisión, que en la actualidad forma parte del Museo del Castillo, que entre otras cosas incluye una colección de armas de la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Ya en el descenso, cerca del consulado de Grecia, se encuentra la entrada al túnel o bunker de la guerra fría, excavado bajo la colina del castillo.


   Resulta agradable recorrer el Bazar que se extiende por unas calles empedradas del casco antiguo, repleto de tiendas de alfombras, artesanías, souvenirs, una zona que atrae a los turistas. Al final hallamos la Mezquita de Memi Bey o Mezquita del Bazar, al parecer la única mezquita que no fue destruida durante el período comunista.



   Los edificios más típicos de la ciudad son los kules, un tipo de casa-torre de origen turco y característico de la región de los Balcanes. Todas tienen fachadas blancas, varias alturas, tejados de pizarra, unas cuantas chimeneas y amplios balcones recubiertos de madera.



   Uno de los kules más conocido y bien conservado es la casa Skenduli. Todos los elementos que conserva son originales. Construida en 1823, fue una de las más ricas de la ciudad. Más de 200 casas están protegidas actualmente en Gjirokastër como "monumentos culturales".

   Puede resultar reiterativo pero es preciso subrayar que los centros históricos de Gjirokastër y Berat están inscritos por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en Albania,  ejemplos singulares e irrepetibles de una arquitectura peculiar y diferente del período otomano. Es un privilegio poder visitar y pasear por estos históricos lugares.



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