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lunes, 1 de febrero de 2016

GUADALEST



   Quizás sea por su proximidad a una de las zonas turísticas más importantes de nuestro país con poblaciones tan emblemáticas como Benidorm, Calpe, Altea, Denia, ……; lo cierto es que el Castell de Guadalest se ha convertido en uno de los lugares más visitados de la provincia de Alicante. 
   “Todo viajero que visite la Costa Blanca tiene una cita obligada con Guadalest”, dice un dicho popular.


   Ubicado en un valle privilegiado y rodeado por las sierras de Aitana, Xortá y Serrella, este pequeño pueblo, que hasta no hace mucho tiempo poseía una actividad mayoritariamente agrícola, se ha convertido en un interesante y apetecible destino turístico.



   Según la opinión de los que ya lo han visitado, Guadalest es un pueblo con una especial ubicación, pintoresco, limpio, con gran cantidad de tiendas para comprar algún recuerdo, y con unas preciosas vistas. Un buen lugar para recrearse dos o tres horas, callejeando un poco y hacerse unas buenas fotografías. La verdad es que tiene cierto encanto.


   La historia nos cuenta que esta pequeña población ya existía durante la dominación musulmana, “guada” es una conocida palabra árabe que significa río, por lo que Guadalest podría traducirse como “río o agua del Este”. Fue conquistada por los cristianos en el siglo XIII.


   A partir de este momento el Castell de Guadalest tuvo un largo caminar a través del tiempo con todo tipo de sucesos, problemas y acontecimientos, con la intervención de diferentes familias nobiliarias.



   Reseñar que en el verano de 1644 se produjo un importante terremoto en la zona que destruyó el castillo. En otro sentido, añadir que fue declarado Bien de Interés Cultural como Conjunto Histórico Artístico desde 1974.



   Después de conseguir aparcar el coche, iniciamos la visita a esta pequeña población, entre tienda y tienda, callejeando un poco; y sin apenas darnos cuenta llegamos a la encantadora Plaza de San Gregorio, donde se encuentra el Ayuntamiento y unos magníficos miradores desde donde divisamos el río Guadalest y el embalse o pantano, ofreciendo una espectacular vista con grandes contrastes de color.


   Además de una amplia variedad de tiendas y restaurantes, en Guadalest tenemos la posibilidad de visitar el Castillo y una interesante colección de Museos, como La Casa de Orduña, Saleros y Pimenteros, Microminiaturas, ….. y otros. 



   En todos debemos abonar la correspondiente cuota de entrada. Algunos pueden resultar interesantes, dependiendo de las aficiones y apreciaciones de cada persona, …….. pero la verdad es que se pasan, …….. lo que hace unos años era un llamativo lugar con una identidad y cultura propias, se está convirtiendo en un intento descarado de obtener dinero como sea, aprovechando su privilegiado emplazamiento en una zona donde existe un incesante reclamo turístico.


   Desde luego, no parece existir una coincidencia entre lo que aparece escrito en una de las paredes del muro de acceso a la parte alta del pueblo con lo que luego se hace. Las palabras de Wenceslao Fernández son muy bonitas pero ahora carecen de sentido. La Naturaleza es innegociable.


   Desde la magnífica atalaya cercana al Castillo y desde otros lugares podemos contemplar magníficas vistas, especialmente del río Guadalest, que nace entre la sierra de Aitana y la sierra de Serella, atravesando el valle del mismo nombre. Su caudal está condicionado por la propia meteorología, generalmente lluvias más abundantes en otoño y primavera con un verano seco.


   Esta irregularidad es una característica común en estos ríos cortos cercanos al Mediterráneo. Fue el motivo de la construcción del pantano de Guadalest, para así regular su caudal, mejorando y ampliando las zonas de regadío. En la actualidad, el pantano se usa para el abastecimiento de las zonas costeras motivado por la afluencia turística.



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