Hace millones de años, la caldera de Tirajana se saturó de materiales producto de las numerosas erupciones volcánicas, formando peñascos, promontorios y acantilados. Con el transcurrir del tiempo, los sedimentos dieron vida a bosques compactos y a un subsuelo muy aprovechable para la agricultura.
Estamos en la zona más alta de Gran Canaria y aunque el Pico de las Nieves es el techo con 1.949 metros de altitud, dominando una apagada caldera volcánica situada en el centro de las isla, sin lugar a dudas El Roque Nublo es el símbolo geológico y geográfico, y además durante siglos fue considerado un lugar sagrado.
El Roque Nublo es una enorme roca de basalto situada en el municipio de Tejeda, con una altura de 1.813 metros sobre el nivel del mar, con lo que te puedes suponer la espléndida panorámica que puedes conseguir desde este peñasco hacia el interior de la isla. Muchas veces también se consigue visualizar la isla de Tenerife.
Es posible hacer varios recorridos a pie hasta llegar al Roque Nublo y observar de cerca este singular monolito de casi noventa metros de altura. El inicio del sendero más corto y rápido está justo delante del parking, no tiene pérdida. Unos 3 km. ida y vuelta, aproximadamente unos 40 minutos de subida y otros 20 de bajada.
Para llegar al Roque Nublo desde Maspalomas debes coger la GC-60, una sinuosa carretera en muy buen estado que te llevará al parking donde se inicia la ruta. Lo mejor es utilizar la aplicación Google Maps de tu móvil y escribir Roque Nublo o Aparcamiento de la Degollada de La Goleta. La propia aplicación, sin dificultad, te llevará al lugar donde puedes aparcar tu vehículo.
Desde el principio se transita por un sendero ancho y bien definido, un poco empinado pero cómodo, a través de un pinar, habitualmente pateada por multitud de senderistas y turistas. La vegetación que envuelve este paradisiaco lugar son los bosques de pino, predominantemente canario, pinus canariensis, junto a un matorral de cumbre propio de esta isla destacando las retamas, salvias, jaras y codesos.
Al fondo se divisa la distinguida silueta del Roque del Nublo aunque con anterioridad nos tropezamos con otro curioso perfil, es el primero, el Roque del Fraile. Ciertamente nos recuerda a la figura de un fraile con su capucha. A veces las rocas son atractivamente caprichosas.
Al ganar altitud con la subida, tenemos la oportunidad de observar una amplia variedad de vistas que rodean este maravilloso y mágico rincón. Al fondo se distingue el Pico de las Nieves, los contrastes del paisaje nos impresionan, la masa forestal se amplia y el mismo Roque Nublo nos deslumbra al acercarnos.
Después de un pequeño tramo más abrupto llegamos a una especie de mirador, la degollada del Nublo, donde sorprende una seductora divergencia entre el pinar que hemos dejado atrás y el paisaje inhóspito hasta llegar a la colosal roca. Un espacio prolongado, más o menos plano, el Tablón del Nublo.
Al fondo de la planicie dos grandiosos peñascos, el Roque de la Rana más pequeño y a la izquierda y el inconfundible Roque Nublo a la derecha. Parece que la Rana observa al Nublo. Debido a su ubicación son visibles desde muchos lugares de la isla.
El día estaba despejado pero con un poco de calima, arrimados al Nublo pudimos ver entre niebla la isla de Tenerife con El Teide. No faltó la foto. También se consiguen fantásticas vistas del valle de Tejeda y de frente el singular Roque Bentayga.
Los guanches o primitivos pobladores de las Islas Canarias que vivían en este entorno montañoso, se reunían al pie de la roca para celebrar sus ritos y ceremonias. Actualmente es un objetivo de peregrinación para muchos canarios. Desde 1994 fue protegido por la ley Espacios Naturales de Canarias como Monumento Natural.
Las últimas fotos nos sirvieron de despedida después de disfrutar unos agradables momentos a la sombra de este ´asombroso gigante` de las cumbres de Gran Canaria, antes de regresar por la misma ruta hacia el parking de la Degollada de La Goleta.
Para finalizar este post, unos pequeños consejos que pueden ser útiles. Procura ir pronto, puedes tener problemas de aparcamiento. Lleva ropa de abrigo, a veces el tiempo cambia con rapidez y el Nublo está a casi 2000 m. Es preciso llevar calzado apropiado, la senda no es larga pero algo agreste en algunas zonas. La ruta se puede hacer con niños pero siempre con cuidado. Merece la pena.
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