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miércoles, 4 de abril de 2018

La Gomera en un día



   La forma más tradicional y habitual de acercarse hasta la isla de La Gomera es coger uno de los ferris que desde primeras horas de la mañana te trasladan desde Los Cristianos, en el sur de Tenerife, hasta San Sebastián de La Gomera. Puedes incluir tu propio coche en esta corta travesía de una hora, más o menos, de duración. Fred Olsen y Naviera Armas son las compañías. Otra opción es utilizar el avión, Biter y otras aerolíneas se encargan de llevarte a la isla.



   Los innumerables barrancos que acaban en el Océano Atlántico, las playas de arena negra, la abundante y singular vegetación, los numerosos acantilados, ……… generan numerosos y sugerentes contrastes que la convierten en una isla con paisajes seductores. Muchos apuntan la popular frase “aquí el tiempo se detiene”.



   Desprovista de grandes infraestructuras hoteleras conserva una naturaleza intacta con una amplia variedad de plantas endémicas. Una isla pequeña y casi redonda con 25 km de larga y 24 km de ancha, escarpada, abrupta, y sobre todo muy tranquila.



    A través de estrechas y sinuosas carreteras, pero con buen piso se inicia la ruta desde la capital, San Sebastián, donde se ubica el puerto principal, con dirección al Parque Natural de Garajonay, considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1986, y que ocupa una amplia superficie en el centro de la isla, la más elevada.



   Ascendemos a través de la GM-1, con excepcionales vistas, pues debido a la propia morfología de esta isla se disfruta de un panorama repleto de empinados barrancos con paisajes sorprendentes y espectaculares. A lo lejos divisamos la isla de Tenerife con la silueta inconfundible de “la montaña blanca”, es decir el Teide, sin lugar a dudas la isla de La Gomera es un mirador privilegiado de la famosa cumbre. Dicen los gomeros que los chicharreros (ciudadanos de Tenerife) presumen de tener el Teide, pero ellos son quienes mejor lo ven y disfrutan con sus vistas.



   Descendemos a través del verde y fértil valle de Hermigua hasta las cercanías de la Playa de Santa Catalina. Por aquí son frecuentes las palmeras. Desde hace más de 500 años los gomeros siguen conservando una estrecha alianza con la palmera canaria – Phoenix canariensis, para extraer el guarapo o miel de palma producido a partir de la savia, en la actualidad sigue siendo un producto básico en la cocina local para hacer postres, cócteles, …….. y usado en las sabias recetas de la medicina popular.



   Los labradores de la isla continúan trepando hasta la parte más alta del tronco para podar, limpiar, “abrir la palma”, y extraer lentamente la savia o guarapo, una sustancia típica y exclusiva de la gastronomía gomera.



   Muy cerca de la costa contemplamos la histórica villa de Agulo, con tradicionales casas señoriales, poco antes de coger una desviación a través de una estrecha carretera y ascender hasta la parte más alta de la isla, en pleno Parque de Garajonay, envuelta entre una densa y habitual niebla producida por la condensación de las masas de aire oceánico y húmedo por la acción de los vientos alisios.




   Desde la cercana isla de Tenerife resulta complicado contemplar a la vecina Gomera despejada de estas nubes o neblinas ocupando las zonas más altas, por este motivo a pesar del clima subtropical, con envidiables temperaturas, al llegar a Garajonay es fácil quedar fascinado con un espacio natural único, evocando la Era Terciaria.



   Los árboles llegan a tapar la claridad y te envuelven, atravesamos zonas sombrías, pues al efecto de las nieblas se une la conocida lluvia horizontal producida por los vientos alisios. No llueve pero moja. Musgos, líquenes, brezos arbóreos y otras especies forman un bosque subtropical de laurisilva, donde todas las plantas se mezclan y luchan por conseguir los rayos del sol.



   Zonas boscosas de cuento, con mucha magia, por este motivo se habla de duendes, leyendas, …….. parece que detrás de cada árbol se esconde alguna criatura encantada, hechizada, …….. El Parque Natural dispone de una red de senderos señalizada.



   En el descenso hacia la capital, bordeando Garajonay, localizamos el Monumento Natural de los Roques, un grupo de pitones o agujas de origen volcánico, formados en su momento por la presión de la lava ascendente, y posteriormente por la erosión. Quizás el más llamativo es el de Agando, en medio de un vistoso lugar donde una vez más paisaje y naturaleza se vuelven a juntar.



   A los gomeros les duele que el enorme trabajo realizado por sus antepasados para crear la gran cantidad de terrazas de cultivo o bancales en barrancos, laderas y en algunos casos en lugares inhóspitos, durante tantos años, se estén convirtiendo poco a poco en paredones que amenazan ruina. Es cierto, muchos aspectos culturales e históricos, y el propio paisaje de La Gomera, no se pueden entender sin sus bancales. Merecen mi apoyo.



   De vuelta a la capital de la isla, ´habitual puerta de entrada por mar`, San Sebastián de La Gomera, habitualmente La Villa, pequeña, acogedora, te invita a dar un paseo por sus calles peatonales, conservando el recuerdo del paso de Cristóbal Colón por sus calles. Un excelente lugar para tomar un café de despedida.



   La verdad es que el tiempo se detuvo, ………. ¡¡ pero tenía que haberse detenido mucho más !!


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