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lunes, 19 de diciembre de 2016

Zagreb, capital de Croacia



   Como en otras muchas ciudades de Europa, es preciso callejear un poco, disfrutar de alguna de sus cafeterías y observar el ajetreo de sus gentes para descubrir sus verdaderos encantos. Cuando cerramos los ojos para imaginarnos cómo es Croacia, sin conocerla, quizás veamos una de tantas ciudades mediterráneas donde predominan los colores clásicos, el blanco y el azul.



   Curiosamente la capital de este país, Zagreb, reúne otros ingredientes pues mezcla ese carácter mediterráneo con la belleza, el encanto y el elegante estilo centroeuropeo. Algunos la conocen como “la pequeña Viena”. Debemos tener en cuenta que su especial situación geográfica la transformó en un importante cruce de caminos entre Europa Central y el Adriático.


   Al llegar a Zagreb, la primera parada para cualquier visitante o turista es la plaza Bana Josipa Jelacica, considerada como el corazón de la ciudad, pues desde aquí podemos desplazarnos con facilidad en cualquier dirección para visitar el centro histórico.



   Una excelente opción es empezar por el mercado municipal, el Dolac. Los mercados son espacios muy valiosos e interesantes para conocer cualquier ciudad. En el Dolac, con decenas de sombrillas rojas que lo cubren, contemplamos vendedores con trajes típicos, ramos de flores, frutas y hortalizas de todo tipo, un recuerdo para llevar, olor a mar, ……. durante las mañanas de todos los días.



   Muy cerca del mercado, la Catedral, uno de los símbolos de la ciudad, cargada de historia, con sus dos esbeltas torres neogóticas visibles desde cualquier punto de la ciudad. 


   Delante, una amplia explanada donde destaca una alta columna en el centro, con una estatua dorada de la Virgen en la cumbre, y cuatro ángeles, también dorados, en la base donde hay una fuente, que relucen con el sol. 



   En un lateral de la plaza, los restos de una fortificación con una torre de defensa circular con tejado cónico, lo que queda de una antigua muralla construida para proteger el edificio catedralicio.



   Para llegar a la Ciudad Alta, la mejor elección, sin duda, es subir por Tkalciceva Ulica, una calle peatonal muy animada y agradable, llena de cafeterías, restaurantes y bares con terrazas, un lugar ideal para reponer fuerzas tomando un café o una buena cerveza. 



   Después de contemplar a San Jorge y su dragón llegamos a la Puerta de Piedra, el único acceso antiguo a la parte Alta. Tiene su origen en la Edad Media, y desde el siglo XVIII adoptó la forma actual formando un elemento unido a la capilla de la Madre de Dios, junto a la pintura que se salvó milagrosamente de un incendio en 1731.


   En la actualidad la Puerta de Piedra es un lugar de peregrinación donde Santa María, la protectora de Zagreb, recibe ofrendas de sus habitantes y de gentes de todo el mundo.



   A través de la calle Kamenita llegamos a la plaza de San Marcos, aquí se encuentra la popular iglesia de San Marcos, edificada durante el siglo XIII, con un pintoresco tejado donde se representan los escudos del Reino de Croacia (Croacia, Dalmacia y Eslavonia) y el de Zagreb. 


   En la parte derecha de la plaza se ubica el Sabor o Parlamento de Croacia y en el lado izquierdo el edificio residencial del Presidente de la República. Desde aquí nos dirigimos al paseo Strossmayer, debajo de sus castaños los paseantes disfrutan de una bella y romántica panorámica de Zagreb.



   Después de visitar alguno de los lugares relevantes del casco antiguo o parte medieval de la ciudad, no encontramos de nuevo en la céntrica y bulliciosa plaza de Ben Jelacic, situada en la Ciudad Baja, con una mayor influencia centroeuropea, con edificios de la época imperial austrohúngara. 



   Desde aquí podemos adentrarnos por la calle Ilica, una de las más largas, comerciales y bulliciosas de Zagreb, una delicia para los adictos al tiendeo. También podemos acercarnos al elegante edificio que alberga el Teatro Nacional Croata, rodeado de jardines, situado en la plaza del Mariscal Tito, uno de los símbolos de esta ciudad.



   También podemos hacernos una foto frente a la Glavni Kolodvor o Estación de Ferrocarriles, en una zona rodeada de parques y jardines, y justo al lado visitar la plaza del rey Tomislav.


   Por último, unas líneas dedicadas a San Jorge y su dragón, un personaje muy arraigado en Croacia, especialmente en Zagreb donde existen dos estatuas, una en la plaza del Mariscal Tito y otra antes de la Puerta de Piedra. Hay muchas leyendas en torno a este santo que vence al dragón montado encima de su caballo, muy venerado en Europa sobre todo en la época medieval. Es el triunfo del bien sobre el mal. Y además en Croacia, tierra de dragones.







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