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martes, 28 de mayo de 2013

Agüimes y Arucas



   Cuando preparamos un viaje a las islas Canarias, en la mayoría de los casos, vamos buscando sol, playa, descanso y buena temperatura, sobre todo si lo realizamos en pleno invierno. Sencillamente es un privilegio poder pasear en camiseta y pantalón corto en pleno Diciembre o Enero, aunque es preciso aclarar que en ocasiones la diferencia térmica entre el norte y el sur es notable.


   Evidentemente son islas preparadas para recibir gran cantidad de turistas durante todo el año, con un alto porcentaje de extranjeros, pero como en todos los lugares también se esconde un patrimonio histórico, lleno de singularidad, donde en cada rincón encuentras una antigua anécdota que contar.


   En la isla de Gran Canaria podemos encontrar parajes y lugares muy diferentes, llenos de encanto, y que suponen un atractivo natural y arquitectónico para todo tipo de personas. Hay mucho donde elegir pero personalmente destacaría a Agaete, Teror, la caldera de Tejeda, y el casco histórico de Vegueta y Triana en Las Palmas.
   Todos tenemos nuestras preferencias y en ocasiones apreciamos lo que vemos de manera diferente, en este sentido quiero añadir que además de conocer y disfrutar de las localidades y lugares reseñados, debo señalar dos pequeñas poblaciones que para mi tienen un encanto y un patrimonio histórico especial: Agüimes y Arucas.



   La primera, ubicada al sur de la isla, presenta un casco histórico lleno de peculiaridades arquitectónicas y artísticas, y llaman la atención sus cuidadas calles, las casas de los campesinos y las villas de las familias burguesas, los talleres artesanales, las tascas y restaurantes, los edificios religiosos, ……. Pasear y deambular por sus calles es todo un lujo para el visitante.


   Su origen como municipio se remonta al siglo XV, cuando la isla fue conquistada por el Reino de Castilla, pero ya en la antigüedad existía en esta zona un asentamiento de pobladores autóctonos, ya que se han encontrado restos que confirman estos emplazamientos prehispánicos en Agüimes y lugares próximos.



   Los actuales moradores te cuentan historias, cuentos y anécdotas, orgullosos de su localidad, de su pasado y de sus alrededores, como el barranco de Guayadeque o el entorno paisajístico de Temisas.



   Dicen que aquí se elabora un pan tradicional, dando lugar a una expresión popular: “Es más bueno que el pan de Agüimes”.


   Arucas se localiza al norte de la isla de Gran Canaria, a unos 12 Km. de Las Palmas, y es otro privilegiado enclave que me ha llamado la atención. Su casco urbano, declarado de interés histórico-artístico, con sus edificios, calles y parques señoriales, representa el arte y la dedicación de sus habitantes y de su pasado.


   La ciudad se ubica al pie de la Montaña de Arucas, un volcán apagado en el que hay un privilegiado mirador, una excelente atalaya donde es posible contemplar una de las más bellas panorámicas del norte de la isla, desde cualquiera de sus miradores.



   La iglesia de San Juan Bautista es la pieza arquitectónica de mayor presencia de la zona. Fue esculpida íntegramente por los artesanos pedreros de la zona, artistas de la piedra de basalto azul que se obtiene en las canteras del municipio.  


   La conocida popularmente como "Catedral de Arucas", por su imponente presencia, es el máximo exponente del trabajo de los maestros canteros aruquenses. Aunque su configuración inicial data del siglo XVII, fue levantada de nueva planta en estilo neogótico comenzando su construcción en 1909 y culminándose ochenta años después. A la riqueza de los labrados de las columnas y capiteles se unen sus hermosas cristaleras.



   Aunque la agricultura, especialmente el cultivo de plátanos, ha sido desde siempre la principal riqueza económica de Arucas, no debemos olvidarnos de la Fábrica del Ron Arehucas, fundada en 1884.  En su interior destaca la bodega, que ha sido visitada por numerosas personalidades que han dejado sus rúbricas en las barricas de roble. Aquí se elabora el conocido ron con miel, procedente de la caña de azúcar de la comarca.
   Precisamente el nombre de esta hermosa población proviene de la adaptación castellana al topónimo aborigen “Arehucas”.


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