Cuando preparamos un viaje a las islas Canarias, en la mayoría de los casos, vamos buscando sol, playa, descanso y buena temperatura, sobre todo si lo realizamos en pleno invierno. Sencillamente es un privilegio poder pasear en camiseta y pantalón corto en pleno Diciembre o Enero, aunque es preciso aclarar que en ocasiones la diferencia térmica entre el norte y el sur es notable.
Evidentemente son islas preparadas para
recibir gran cantidad de turistas durante todo el año, con un alto porcentaje
de extranjeros, pero como en todos los lugares también se esconde un patrimonio
histórico, lleno de singularidad, donde en cada rincón encuentras una antigua
anécdota que contar.
En la isla de Gran Canaria podemos encontrar
parajes y lugares muy diferentes, llenos de encanto, y que suponen un atractivo
natural y arquitectónico para todo tipo de personas. Hay mucho donde elegir
pero personalmente destacaría a Agaete, Teror, la caldera de Tejeda, y el casco
histórico de Vegueta y Triana en Las Palmas.
Todos tenemos nuestras preferencias y en
ocasiones apreciamos lo que vemos de manera diferente, en este sentido quiero
añadir que además de conocer y disfrutar de las localidades y lugares
reseñados, debo señalar dos pequeñas poblaciones que para mi tienen un encanto
y un patrimonio histórico especial: Agüimes y Arucas.
La primera, ubicada al sur de la isla, presenta
un casco histórico lleno de peculiaridades arquitectónicas y artísticas, y
llaman la atención sus cuidadas calles, las casas de los campesinos y las
villas de las familias burguesas, los talleres artesanales, las tascas y
restaurantes, los edificios religiosos, ……. Pasear y deambular por sus calles
es todo un lujo para el visitante.
Su origen como municipio se remonta al siglo
XV, cuando la isla fue conquistada por el Reino de Castilla, pero ya en la
antigüedad existía en esta zona un asentamiento de pobladores autóctonos, ya
que se han encontrado restos que confirman estos emplazamientos prehispánicos
en Agüimes y lugares próximos.
Los actuales moradores te cuentan historias,
cuentos y anécdotas, orgullosos de su localidad, de su pasado y de sus
alrededores, como el barranco de Guayadeque o el entorno paisajístico de
Temisas.
Dicen que aquí se elabora un pan
tradicional, dando lugar a una expresión popular: “Es más bueno que el pan de
Agüimes”.
Arucas se localiza al norte de la isla de
Gran Canaria, a unos 12 Km .
de Las Palmas, y es otro privilegiado enclave que me ha llamado la atención. Su
casco urbano, declarado de interés histórico-artístico, con sus edificios,
calles y parques señoriales, representa el arte y la dedicación de sus
habitantes y de su pasado.
La ciudad se ubica al pie de la Montaña
de Arucas, un volcán apagado en el que hay un privilegiado mirador, una
excelente atalaya donde es posible contemplar una de las más bellas panorámicas
del norte de la isla, desde cualquiera de sus miradores.
La iglesia de San Juan Bautista es la pieza
arquitectónica de mayor presencia de la zona. Fue esculpida íntegramente por
los artesanos pedreros de la zona, artistas de la piedra de basalto azul que se
obtiene en las canteras del municipio.
La conocida popularmente como "Catedral de Arucas", por su imponente presencia, es el máximo exponente del trabajo de los maestros canteros aruquenses. Aunque su configuración inicial data del siglo XVII, fue levantada de nueva planta en estilo neogótico comenzando su construcción en 1909 y culminándose ochenta años después. A la riqueza de los labrados de las columnas y capiteles se unen sus hermosas cristaleras.
La conocida popularmente como "Catedral de Arucas", por su imponente presencia, es el máximo exponente del trabajo de los maestros canteros aruquenses. Aunque su configuración inicial data del siglo XVII, fue levantada de nueva planta en estilo neogótico comenzando su construcción en 1909 y culminándose ochenta años después. A la riqueza de los labrados de las columnas y capiteles se unen sus hermosas cristaleras.
Aunque la agricultura, especialmente el
cultivo de plátanos, ha sido desde siempre la principal riqueza económica de
Arucas, no debemos olvidarnos de la
Fábrica del Ron Arehucas, fundada en 1884. En su interior destaca la bodega, que ha sido
visitada por numerosas personalidades que han dejado sus rúbricas en las
barricas de roble. Aquí se elabora el conocido ron con miel, procedente de la
caña de azúcar de la comarca.
Precisamente el nombre de esta hermosa
población proviene de la adaptación castellana al topónimo aborigen “Arehucas”.
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